POLÍTICA EN LAS AULAS
Durante los últimos años de instituto, cuando algunas
personas ya tienen conciencia de la importancia de la política y empiezan a
plantearse la suya propia es muy común intentar encasillar ideológicamente a la
gente que te rodea. En tus círculos más cercanos, como puede ser tu familia o
amigos es muy fácil ver “de qué pie cojea” cada uno al tener más confianza y
hablar más con ellos, sin embargo, hay veces que se quiere dar un paso más e
intentarlo con personas más alejadas de tu entorno social, este es el caso de
los profesores, por ejemplo.
Los educadores, en líneas generales, suelen intentar ser
imparciales políticamente y no dar su opinión en las aulas, a pesar de esto, no
hay que olvidar que son personas como otras cualquiera y que por lo tanto
tienden a juzgar ciertos aspectos o pasar por alto otros tantos que dejan entrever
su ideología. Otros profesores directamente no se plantean en qué medida puede
influir en sus alumnos el que él haga apología de su ideología y por lo tanto
la muestran abiertamente.
Cuando un maestro no es neutral políticamente está creando en
sus alumnos una cierta tendencia a apoyar u oponerse a sus ideas dependiendo de
la visión que tengan de este, ya que los alumnos suelen encasillar
extremadamente a los educadores. El hecho de que un profesor muestre su
ideología o no sea totalmente imparcial puede ser considerado como un acto de
corrupción, una corrupción” invisible”, invisible porque los alumnos no se
paran a pensar en qué medida les está influyendo esto y no le dan importancia.
Sobre todo en el ámbito universitario es común que los
profesores muestren sus ideas, hasta llegar al punto en el que en ciertas
universidades de España te suban la nota si vas a mítines de determinados
partidos. También hay casos en los que los políticos son antiguos profesores de
universidad, profesores que no solo no les importaba dar a entender su
ideología sino que hacían apología de esta, una ideología normalmente
revolucionaria con actos como que el profesor invite a sus alumnos a subirse a
las mesas, a luchar contra el sistema que les corrompe, cuando no se dan cuenta
de que los primeros que les corrompen
son ellos mismos con esas clases.
En un estado democrático, es muy importante la ciudadanía ya
que ellos van a ser los encargados de decidir quién les representa. Debido a
esto, es muy importante que la opinión propia se forme individualmente sin
manipulaciones de ningún tipo, se debería enseñar en el colegio los modelos
económicos principales y la ideología de los grandes pensadores, sin depender
de la rama en la que te encuentres. Llegará un momento en el que todo alumno
tendrá que votar, y muchas veces se encuentran en una gran indecisión que
solucionan apoyándose en segundas personas, ya que en el colegio no se le ha
impartido una información básica sobre un tema tan importante como es la
política.
En España, se le da poca importancia a la política en las
aulas y depende muchas veces de en qué itinerario te encuentres, como si los de
ciencias no fueran a votar en el futuro. Se imparten muchas asignaturas menos
prácticas para el futuro en vez de dar una asignatura obligatoria, aunque solo
sea un año sobre principios básicos de la política, una asignatura en la que
los alumnos tuviesen a su disposición las principales ideologías de los grandes
partidos para poder formar su propia idea de a quién votar.
Hay que apoyar y fomentar una educación apolítica, una educación
que imparta una asignatura obligatoria relacionada con el ámbito político-económico
para que los futuros votantes del país puedan formar su propio pensamiento y no
dependan del pensamiento de sus padres, abuelos o amigos.